En los últimos años, las gemas cultivadas en laboratorio, incluidas las esmeraldas y los diamantes, han ganado una gran popularidad. Las opiniones sobre estas joyas hechas por el hombre varían ampliamente, desde la ferviente admiración hasta el escepticismo. Si bien algunos poseen un profundo conocimiento de la formación de gemas creadas en laboratorio, otros aún no están familiarizados con el proceso. En este artículo, nuestro objetivo es proporcionar una comprensión básica del proceso hidrotermal utilizado para crear esmeraldas en un laboratorio, estableciendo conexiones con su formación natural.
El nacimiento natural de las esmeraldas
Las esmeraldas, como todas las piedras preciosas, tienen un origen geológico intrigante. Provienen del mineral berilo, compuesto principalmente de berilio, aluminio, silicio y oxígeno. El encantador tono verde de las esmeraldas surge cuando condiciones geológicas específicas, como la presencia de cromo y vanadio, se combinan con altas temperaturas y presión.
Este proceso natural se desarrolla a lo largo de millones de años, y las esmeraldas se forman dentro de vetas hidrotermales o depósitos de pegmatita. El resultado es una piedra preciosa apreciada por su exquisito color verde, su transparencia y su rareza.
Método hidrotermal: esmeraldas cultivadas en laboratorio
A diferencia de la formación natural milenaria, las esmeraldas cultivadas en laboratorio se someten a un proceso controlado y acelerado, gracias a la tecnología hidrotermal. Este método de vanguardia permite replicar la belleza de la esmeralda en cuestión de semanas.
Aquí hay un desglose simplificado paso a paso del proceso de creación de esmeraldas cultivadas en un laboratorio hidrotermal:
- Selección de semilla de cristal: El proceso comienza con la selección cuidadosa de una pequeña semilla de cristal de esmeralda (aproximadamente 1 mm), que puede ser natural o creada en laboratorio. Esta semilla constituye la base para el desarrollo de la esmeralda cultivada en laboratorio.
- Composición química precisa: Se prepara una mezcla meticulosamente controlada de agua, mineral de berilo y fuentes minerales, incluidos aluminio, silicio y cromo, para emular las condiciones naturales bajo las cuales se forman las esmeraldas.
mineral de berilo
- Cámara de crecimiento hidrotermal: La mezcla se introduce en una cámara de crecimiento hidrotermal, sometiéndola a condiciones de presión y temperatura elevadas, que a menudo alcanzan hasta 800 grados centígrados y varios miles de atmósferas de presión.
- Proceso de crecimiento: Con el tiempo, el mineral de berilo en la solución comienza a recristalizarse en el cristal semilla. Poco a poco, capa tras capa, la piedra preciosa esmeralda va tomando forma, replicando fielmente el proceso natural pero a un ritmo acelerado.
- Enfriamiento y recolección: Una vez que se logra el tamaño y la calidad deseados, la cámara hidrotermal se enfría gradualmente, culminando con la recolección cuidadosa de la esmeralda cultivada en laboratorio, revelando su vibrante belleza verde.
El método hidrotermal imita la formación de esmeraldas dentro de vetas hidrotermales o depósitos de pegmatita, aunque en un período de tiempo significativamente más corto y con un control preciso sobre las concentraciones minerales. Estas esmeraldas creadas en laboratorio poseen las mismas propiedades químicas, físicas y ópticas que sus contrapartes naturales, celebradas no solo por su belleza sino también por su producción ética y sostenible.
Numerosos artículos han profundizado en las ventajas éticas de las esmeraldas cultivadas en laboratorio y, si bien esos aspectos son ciertamente importantes, nuestro enfoque aquí se desplazará hacia el intrigante ámbito de la formación del color.
Las esmeraldas cultivadas en laboratorio ofrecen un espectro de colores, incluido el conocido verde oscuro de Zambia, que lleva el nombre de su contraparte natural, así como el verde colombiano, el azul aguamarina, el rojo berilo (bixbita) y colores experimentales. Estos colores se logran mediante un control preciso de las concentraciones de metales, como cromo o vanadio, reflejando la composición que se encuentra en sus contrapartes naturales. Por ejemplo, las esmeraldas colombianas son famosas por su contenido relativamente alto de cromo, lo que les da su tono azulado.
Conclusiones
Aunque las gemas cultivadas en laboratorio comparten las mismas propiedades químicas, físicas y ópticas que las naturales, no poseen la misma singularidad. Por lo general, no se consideran gemas de inversión o coleccionables, una designación que ni siquiera muchas gemas naturales ostentan. Las esmeraldas cultivadas en laboratorio, al igual que los diamantes cultivados en laboratorio, se han hecho un hueco en el mercado de la joyería de moda, apreciadas por su claridad, color uniforme y asequibilidad. Ofrecen la oportunidad de disfrutar de impresionantes piedras preciosas a varios precios.
En última instancia, la elección entre gemas naturales y cultivadas en laboratorio depende de las preferencias individuales, ya sea que uno busque belleza y moda a un precio más bajo o una combinación de belleza, moda y potencial de inversión. Pero recuerde siempre que es imperativo comprar gemas de vendedores acreditados para evitar imitaciones y garantizar la autenticidad de las gemas cultivadas en laboratorio.
